Está en Del Viso. 60 años atrás utilizaban palomas mensajeras para realizar los pedidos a las droguerías.
El negocio es puramente de corte familiar. Isaac Gutkind -farmacéutico y bioquímico- y su mujer Juanita compraron la farmacia en 1958. Su hijo Eduardo Gutkind heredó la profesión y le dio su impronta.
“La idea surgió hace seis años en una Expofarmacia donde vi un robot parecido a este. Cuando hice la reforma en la farmacia ya tenía previsto robotizarla”, afirma Eduard, que realizó la instalación en el feriado de Semana Santa de este año,
El aparato, cuyo nombre es BD Rowa Vmax, es de origen alemán y ofrece un sistema de ordenamiento caótico de todos los medicamentos a través del uso de la inteligencia artificial.
Bautizado como «Arturito», el aparato es el primero en la Provincia de Buenos Aires, uno de los 33 que funcionan en el país y de los pocos que existen en Latinoamérica.
El robot tiene 1,60 de ancho, 5,50 metros de largo y 3,40 metros de alto y usa sus propias estanterías. “Los estantes están cada 3 o 4 cm cuando comúnmente unos los tiene cada 15 cm, y a eso le sumas que ganas mucho espacio en cuanto a la altura”, resalta Eduardo.
Una vez que el personal de la farmacia emite el pedido de extracción del remedio, el robot se encarga de tomarlo de la estantería y entregarlo a través de alguna de las seis salidas que tiene al exterior, próximas a las líneas de cajas.
“Con el robot busco disminuir el tiempo de atención. Llegar a 3:30 por cliente cuando el promedio es de 4 minutos. Hoy, en tres meses que tengo funcionando el robot estoy en 3:40”, comenta Eduardo.
Otros de los puntos a destacar es que mejora la calidad de la atención. El vendedor está todo el tiempo frente al cliente. Puede brindar más información e intercambiar inquietudes con mayor facilidad.
De la paloma a Arturito
“Cuando mis padres se hicieron cargo de la farmacia, los pedidos se realizaban a una droguería que estaba en Hurlingham. Todas las semanas nos dejaban una jaula con siete palomas mensajeras, para toda la semana”, recuerda Eduardo.
“A la noche soltaban la paloma con el pedido y a la mañana siguiente ya lo teníamos en la farmacia. Ya en la década del 70 apareció el teléfono y recién en 1997 hicimos el primer pedido por módem. Hoy hace 15 años ya estamos online con las droguerías”, repasa Eduardo.
Isaac falleció hace varias décadas, pero Juana, hoy con 89 años, es testigo de los avances tecnológicos del negocio familiar. De la paloma a Arturito.