EL RECLAMO DE LOS JUBILADOS NO SE TOMA VACACIONES

EL RECLAMO DE LOS JUBILADOS NO SE TOMA VACACIONES

En el 2020 los adultos mayores fueron los grandes perdedores: sufrieron más que nadie el embate de la pandemia de coronavirus y fueron una vez más engañados por nuestros gobernantes.

Por Gabriel Greizerstein*

Diferentes voceros del gobierno aseguraron en medios de comunicación y en redes sociales que el año pasado los jubilados le ganaron a la inflación, afirmación que resulta ser doblemente falsa:

  • Por un lado, comparan el Índice de Precios al Consumidor actual y no el de los trimestres sobre los cuales se toman las variables que hubieran dado los aumentos de ley
  • Por el otro, al saberse la inflación total del año 2020, resultó ser superior a los aumentos dados.

Simple. La inflación del año 2020 fue 36.1%. Los aumentos otorgados fueron del 24.3% al 35.3%. La movilidad suspendida hubiera sido del 42%.

Aún si los aumentos hubieran sido para los haberes mínimos superiores a la inflación, los que cobran por arriba del haber mínimo, hubieran reclamado igual. Estos no son privilegiados como nos quieren hacer ver. Ya lo dijo la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso “Badaro, Adolfo Valentín” “El achatamiento de la escala de prestaciones … puso en igualdad de condiciones a los que han efectuado aportes diferentes y les quitó el derecho a cobrar de acuerdo con su esfuerzo contributivo”.

El reclamo de los jubilados se encuentra justificado y es REAL.

Como letrado nunca ingresé tantos reclamos en un mes como en este enero de 2021. El mayor porcentaje radica en el pedido de redeterminación del haber previsional inicial, en una correcta movilidad de dicho monto y en algunos casos planteos de inconstitucionalidad de topes. El mecanismo de actualización establecido en la ley 27.609 para las jubilaciones y pensiones es claramente inconstitucional y promoverá la litigiosidad previsional.

¿Cuántas veces en su vida tienen que reclamar los adultos mayores? Para algunos será su tercer juicio contra el estado nacional; para otros el primero, incluso si se han jubilado hace muchos años, ya que el derecho a reclamar nunca se pierde.

Un futuro poco prometedor

Lamentablemente, la fórmula de movilidad aprobada por el Congreso de la Nación no compensa ninguna de estas pérdidas. Es una fórmula pensada para un país en crecimiento y con baja inflación, una realidad distinta a la Argentina de los últimos cuarenta años, que lucha incansablemente con la disparada de precios y el costo de vida. Resulta irrisorio pensar que luego de la devastación que ha dejado la pandemia, mágicamente va a subir el empleo y la recaudación, por citar dos variables.

Mientras los gobiernos piensen que solucionan el déficit bajando el gasto previsional en lugar de bajar el gasto “político”, el país no podrá salir adelante y mucho menos cumplir sus obligaciones con los adultos mayores.

*El autor de la nota es abogado previsionalista