En los últimos días se oficializó el cuarto y último aumento por ley de movilidad jubilatoria: 12,11%.
Regirá a partir del 1 de diciembre y hasta el 28 de febrero próximo, y llevará los haberes mínimos nacionales a $29.062
Vale decir que para este incremento no se contempló el tope de recaudación provisional como establece la ley actual.
De hacerlo, hubiese sido un aumento inferior, dejando la puerta abierta a un bono de compensación.
Este aumento del 12,11% hace que el mecanismo de actualización del 2021 arroje un resultado de 52,7%.
¿Cómo se llega a este porcentaje? La movilidad de marzo fue del 8,07%; la de junio del 12,12%; septiembre 12,39% y diciembre del 12,11%.
Este 52,7% anual lograría en principio que la movilidad jubilatoria quede por encima de la inflación si se cumple lo indicado por analistas privados en el último dato del REM: 51% promedio de costo de vida para 2021.
El REM es el Relevamiento de Expectativas de Mercado realizado por el Banco Central de la República Argentina.
Sin embargo, aún confirmándose estos datos, no se resuelve el desfasaje entre el haber mínimo y la canasta básica ($29.062 y $75.505 respectivamente) con que se termina el año.
¿Cómo se soluciona la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados y pensionados? ¿Cambiando permanentemente los mecanismos de actualización a través de leyes y más leyes de movilidad? La respuesta es NO.
La solución inicial está en comenzar a detener el proceso inflacionario ascendente que termina tarde o temprano absorbiendo cualquier incremento posible.
Mientras Argentina continué sufriendo en forma crónica de esta enfermedad llamada inflación, los jubilados y pensionados nacionales seguirán con los mismos inconvenientes.
Cuando pierden no se recuperan y cuando ganan, igual no les alcanza.