SALARIO BÁSICO UNIVERSAL: ¿ES LA SOLUCIÓN A LA INSERCIÓN LABORAL?

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Es un reclamo reiterado en pandemia, más precisamente desde que quedaron desarticulados los pagos del ingreso familiar de emergencia.

Fue en el año 2020 y con otro nombre (Renta Básica Universal) que se intentó avanzar con la necesidad de su implementación para los sectores de la economía popular.

En aquel momento dividió las aguas en el ámbito social y económico del gobierno nacional: por un lado, la necesidad concreta de generar más empleo y por otro, la imposibilidad de recursos para financiar dicho programa.

La eventual medida quedó desarticulada por la complejidad que significa su implementación

De mi parte, nunca lo analice así. Podría afirmar que sólo quedó suspendida hasta encontrar el contexto oportuno.

Lo cierto es que este año la idea volvió a escena con otro nombre: Salario Básico Universal. Lo vienen reclamando desde hace semanas referentes de movimientos sociales y dirigentes de partidos de la oposición e, incluso, del propio oficialismo.

Dicho esto, vale formular un nuevo interrogante: ¿el Salario Básico Universal encontró el momento oportuno en el 2021?

La respuesta es contundente si vemos las demandas de más trabajo y más asistencialismo que ganan terreno en la calle día a día.

Sin embargo, el destino de este salario parece no prosperará tampoco ahora

De distintas áreas políticas y del gobierno se dice que no está en análisis y se habla de reforzar aún más programas como el Potenciar Trabajo y entenderlo como un complemento laboral.

Por eso, a medida que transcurran los días es posible que nos encontremos frente a dos situaciones: por un lado, que al millón de beneficiarios y beneficiarias que tienen el programa se van a incorporar parte de los dos millones y medio de inscriptos que aun esperan; y por otro, la compatibilidad para cobrar asistencia social con trabajo temporal

Por mas que la calle muestre la razón del reclamo por un Salario básico universal, éste no resuelve por si solo el desempleo que hay hoy en Argentina.

Tampoco se resuelve volviendo el asistencialismo compatible con determinados trabajos temporales.

Hay que entender que el camino indicado es el de las reformas profundas que vayan a la par de políticas públicas que se sostengan en el tiempo.

Que las reformas laborales se traten, analicen y avancen resolviendo además las otras reformas que la ciudadanía necesita: la ley previsional lleva 27 años sin cambios.

Llevamos décadas de retoques. Poniéndole parches a leyes que hoy son antiguas para el contexto actual.

Llevamos años de una política que califica a las modificaciones parciales como si fueran reformas estructurales y así nos vamos quedando cada vez más lejos de leyes superadoras.