EL ESTADO DEBE ASEGURAR EQUIDAD DISTRIBUTIVA EN LAS JUBILACIONES

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Mientras se espera la aplicación de una nueva ley de movilidad jubilatoria, los aumentos en junio serán por decreto

Su aplicación tendrá características similares a las del mes de marzo pasado. Una suma fija más un porcentual, un incremento general que desciende a medida que la escala de ingresos mensuales aumenta.

Hasta tanto no se trate en el Congreso Nacional y se defina una nueva movilidad jubilatoria, que sustituya a la suspendida el 23 de diciembre de 2019 por la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, los aumentos continuarían por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y de acuerdo con la disponibilidad presupuestaria dando prioridad a los sectores de menores recursos.

No es un dato menor y es para tener en cuenta que dicha suspensión queda sin efecto el próximo 23 de junio. Los tiempos se acortan para una definición acerca de la necesidad de instrumentar una estructura de aumento previsible, igualitario y justo para todos los trabajadores que aportaron y aportan al sistema previsional nacional.

Porque de eso se trata la seguridad social: la respuesta jubilatoria debe ser consecuente a los aportes realizados durante la vida activa, es decir, debe redistribuir en función a las contribuciones que cada historia laboral fue dejando al sistema y obtener la compensación correspondiente a ello.

Sin embargo, hace décadas que la formula es la misma. Financiar lo contributivo y asistencial con el dinero del sistema previsional, entrando en un deterioro progresivo que sólo conduce a la litigiosidad contra el estado, que termina provocando la necesidad de contar con recursos presupuestarios para cumplir con el pago de esas sentencias. Un círculo vicioso y permanente, casi naturalizado en la Argentina.

La pandemia de coronavirus deja al descubierto los problemas estructurales de un país que son cada vez más difíciles de resolver. La COVID-19 también pasará, pero nos quedará, en muchos ámbitos, una historia por reconstruir. En lo que concierne a la seguridad social, saber que no se trata de más y más asistencialismo. Ese camino esta agotado.

Se debe encarar el sendero del estímulo, de convocatoria a cumplir con derechos y obligaciones previsionales y tributarias con la certeza de que hay un Estado que nos dará, cuando llegue el momento, una respuesta justa, cercana y merecida.